| Descubre la conmovedora historia del Campo de Concentración de Dachau; sus horarios de visita y cómo llegar desde Múnich
Visitar el Campo de concentración de Dachau es una experiencia que nunca se olvida. Además, creo que es prudente añadir que no es una visita para todo el mundo. Y me explico. Un campo de concentración no es un lugar de ocio, ni es divertido, ni ofrece otra cosa que no sea recordar a las víctimas del holocausto nazi. Por este motivo, si justamente vas buscando diversión o pasar un buen rato, esta visita no es para ti. Las normas no escritas que imperan en estos lugares son el respeto, el recogimiento o la memoria histórica.
Por ello, como es lógico y normal, no es ético andar tomándose selfies o haciendo bromas, en ningún caso y bajo ningún concepto. Creemos necesario hacer esta aclaración porque hemos llegado a sentir vergüenza ajena, por el comportamiento de algunas personas, en lugares donde el pesar, el sufrimiento o el dolor se hacen tan patentes.
Y dicho esto, lo primero que llama la atención nada más llegar a la puerta del campo de concentración es el texto que acompaña a la entrada:
Arbeit macht frei
Se puede traducir como ‘el trabajo libera’ y ciertamente, con la perspectiva que da el paso del tiempo y el conocimiento de la historia contemporánea, parece casi cómica esta afirmación..
Visita al Campo de Concentración Dachau
Vamos a comenzar relatando todos los datos básicos que debes conocer antes de hacer una visita al campo de concentración. Te daremos algunas pinceladas de su historia, así como también lo que vas a poder conocer en la visita; horarios de acceso; cómo llegar desde Múnich; si es o no interesante contratar un guía y como no, nuestra experiencia tras la visita.
| Historia de Dachau
Este campo de concentración fue el primero en ponerse en marcha en marzo de 1933, siendo modelo y por tanto, marcando las pautas a seguir por todos los demás campos.
En principio, fue un campo de prisioneros, donde retenían a todos aquellos que pertenecieran a un determinado colectivo, grupo religioso o tuvieran determinadas ideas políticas que el régimen nacionalsocialista considerara como contrarias al sistema. Básicamente detenían y llevaban a campos de concentración a homosexuales, comunistas, judíos, cristianos heterodoxos, opositores del Régimen o a cualquiera que considerasen una amenaza.
Obviamente, el gobierno nazi los mantenía allí detenidos y retenidos de manera arbitraria o lo que es lo mismo, sin ninguna garantía judicial o de derechos que los asistiera. Como inciso, nos gustaría aclarar que los conceptos de campo de concentración y campo de exterminio eran distintos. Estos últimos fueron diseñados, únicamente, para asesinar personas en masa de manera sistemática. Un ejemplo de este tipo sería Auschwitz-Birkenau.
Aunque ambos sistemas eran igualmente deleznables, en los campos de concentración, en teoría, el fin último no era asesinar personas, sino, supuestamente, reeducarlos mediante la disciplina y el trabajo.
Evolución de Dachau
Como se ha podido saber a posteriori, se sometía a los presos a trabajos forzados, torturas, empleando disciplina militar donde se les convertía en números, cosificando su vida. Por otro lado, el estado de salubridad e higiene era penoso y los presos no ingerían suficientes alimentos para mantenerse sanos, sobre todo en los últimos años cuando el campo de concentración se vio superado en la capacidad de personas que fueron ingresando en el campo.
Las condiciones en las que se encontraba el campo eran muy deficientes, por lo la trágica consecuencia de ello fue que muchos presos no pudieron soportar estas duras condiciones de vida y murieron por inanición o enfermedad.
Hacia el final de la guerra pudo ser utilizado como campo de exterminio, llegándose a instalar cámaras de gas y varios hornos crematorios, pero no se sabe a ciencia cierta si la cámara de gas llegó a ser utilizada. Este campo de concentración fue liberado en abril de 1945, por las fuerzas aliadas norteamericanas y tras la Guerra fue utilizado como campo de Refugiados. Y es que los presos de este campo lo habían perdido absolutamente todo. Ya no tenían donde volver, por lo que durante varios años vivieron aquí.
Hoy día tiene un uso de Museo conmemorativo a las víctimas del Holocausto del Tercer Reich.
| Cómo será en la visita
A lo largo de la visita al campo de concentración de Dachau, podrás visitar distintas zonas del recinto, salvo los antiguos pabellones de la SS que pertenecen a los cuerpos de seguridad del estado alemán. Una vez que atravieses la puerta de entrada, te encontrarás antes un gran patio central que en su origen fue el Patio de Revista.
A la derecha se encuentran las dependencias de ingreso del campo de concentración o edifico de Intendencia. Justo detrás de estás los pabellones que funcionaban de cárcel o zona de castigo.
Existieron 34 barracones donde vivían los presos del campo, que en principio tenía una capacidad de 6.000 prisioneros pero que llegó a alcanzar picos de 30.000 personas, por lo que las condiciones de vida en este lugar eran muy deficientes. Hoy día no existen dichos barracones.
Fueron utilizados después de la guerra por los refugiados y en muchos casos, ante la escasez de medios, se utilizaron como madera para resistir el duro invierno alemán.
Evolución en los barracones
Pero se ha reconstruido uno de ellos donde se exhibe la evolución de las habitaciones desde el inicio de la construcción del campo hasta el fin de la guerra. Se puede apreciar perfectamente las modificaciones que se hicieron para adaptarlas a la cantidad de personas que fueron allí detenidas. También se exhiben las duchas, los baños, los armarios o la mesa donde comían.
Desde allí podrás caminar por la calle central de los barracones hacia la zona religiosa del campo. Al fondo se encuentran localizadas la Capilla de la Agonía de Cristo, Monumento a los judíos, Convento de los Carmelitas o Iglesia Evangélica de la Reconciliación. Al continuar caminando hacia el sector del crematorio, pasarás por la franja de la muerte y por delante de la Capilla Ruso-ortodoxa.
El crematorio realmente se encontraba fuera del campo. Había que atravesar la franja de la muerte, que era la zona vigilada por la SS nazi para llegar hasta allí. Tan solo unos pocos presos ‘especiales’ podían acceder para llevar a cabo las labores que se les exigieran allí..
Realmente esta es la parte más terrorífica de la visita y quizá no es apta para los más sensibles, ya que se pueden ver los hornos y las salas más atroces del campo de concentración.
| La visita a Dachau ¿mejor por libre o contratando un tour?
Puede que estés planteándote si es mejor visitar el campo de concentración por tu cuenta o contratando un tour. Nosotros también estuvimos dándole vueltas a esta cuestión.. aunque después de investigar sobre cómo llegar hasta allí, el precio del transporte, duración media de la visita y por otro lado, lo que nos ofrecían los tours guiados, decidimos decantarnos por éste último.
Quizá en otro tipo de visitas, por ejemplo a un palacio, hubiéramos elegido directamente hacerla por libre. Pero en este caso concreto y teniendo en cuenta la dureza emocional que emana de este lugar, pensamos que sería mucho mejor hacer la visita guiada.
Además, los guías que hacen la visita a los campos de concentración en Alemania deben estar autorizados por departamento de pedagogía del sitio conmemorativo. Tienen que completar un curso anual en alemán y aprobar un examen para obtener la licencia que les permitirá ser guías de un campo de concentración nazi. Es decir, que conocerás la cruda realidad de lo que allí sucedió de mano de una fuente autorizada y formada.
| Visitas guiadas
- Excursión al campo de concentración
- Tour del Tercer Reich en Múnich + campo de concentración
- Paseo por Múnich del Tercer Reich
Por otro lado, si optas por hacerlo por libre, la única diferencia es que quizá te salga algo más económico, ya que solo tendrías que pagar los billetes de tren (13 euros por trayecto y persona) más la audioguía (3 euros) si te interesa y que puedes estar todo el tiempo que desees en el campo de concentración de Dachau. Normalmente la visita guiada suele durar entre 2 / 3 horas.
Pero, obviamente, si no eres historiador o conoces profundamente los hechos que acontecieron en la II Guerra Mundial, te marcharás de allí sin conocer a fondo la historia del campo de concentración. Y pensamos que ya que has dado el paso de visitar un lugar tan duro como éste, lo ideal sería que vivieras la experiencia al máximo.
Nosotros elegimos la opción del Tour del Tercer Reich + Campo de Concentración y nos pareció muy interesante. Aprendimos muchas cosas que desconocíamos por completo y que no podrás saber por muchas audioguías que escuches.
| Cómo llegar desde Múnich
No es nada complicado llegar en transporte público desde Múnich al Campo de Concentración. El tren que te llevará hasta allí parte de Hauptbahnhof, la Estación central de Múnich. Y la línea que debes cocger es la S2. Una vez abandones la Estación de Dachau podrás coger un autobús, el 726, justo nada más salir de la estación de autobus que te dejará en la misma entrada del Campo. Y si tienes dudas de qué bus es, solo tienes que fijarte en el andén donde haya más gente. Ese es el bus.
El trayecto tiene una duración de 45 minutos aproximadamente y el billete de un día desde Múnich para zona M-2, a un precio de 9.50 euros por persona y trayecto. Más info en la web de la empresa de transporte
Si contratas la visita guiada, los transportes están incluidos, por lo que no tendrás que preocuparte más que de seguir al guía. El campo de concentración tiene habilitado un parking, así que si vas en coche podrás dejarlo allí. Eso si, conlleva un coste de 3 euros desde marzo a octubre. Entre noviembre y febrero es gratis.
| Horarios y precio
El campo de Concentración abre sus puertas en horario de 9.00 a 17.00 horas durante todo el año. El único día que no abre es el 24 de diciembre. La entrada es gratuita. Si quieres, puedes alquilar el servicio de audioguía que tiene un coste de 4 euros. Además te facilitarán un mapa de las instalaciones.
| Nuestra sensación tras la visita
Para nosotros Dachau fue la primera visita a un campo de concentración. Tuvimos la oportunidad de conocer Terezin, cerca de Praga o Sachsenhausen cerca de Berlín pero sinceramente, no nos vimos capaces. Es una visita dura y hay que armarse de valor para decidir hacerla. Así que cuando estábamos planeando visitar Múnich, nos documentamos sobre Dachau y decidimos visitarlo. Además este complejo fue el prototipo para todos los demás, por lo que tenía un valor añadido para conocer qué sucedió y cómo se desarrolló este horror que se extendió por toda Europa continental.
Para nosotros fue una visita complicada, con mucha carga emocional añadida pero que, sin duda, entendemos como fundamental para conocer un momento histórico trágico que costó la vida a miles de personas.
¿Y tú? ¿Has visitado el campo de Concentración de Dachau?¿Cómo fue la experiencia de tu visita? ¡Cuéntanos!
¡Esperamos tus comentarios!