Cómo llegar a La Graciosa desde Lanzarote por libre

La Graciosa

 

| Si vas a viajar a Lanzarote pero no tienes claro si incluir o no La Graciosa en tu viaje, en este post te contamos nuestra experiencia

Cuando comenzamos la planificación de nuestro viaje a Lanzarote, también nos surgió la duda de si incluir o no una visita a La Graciosa. Te adelantamos que, finalmente, decidimos ir y no me equivoco al decir que fue una experiencia maravillosa.

Esta pequeña isla, al norte de Lanzarote, es un paraíso donde parece que el tiempo se ha detenido. No existen carreteras, solo hay un pueblo (diría que es más una aldea), Caleta del sebo, con servicios básicos de restauración, tiendecitas, una iglesia, un museo..  así como una pequeña urbanización al noroeste de la isla, Pedro Barba, donde no hay ningún tipo de servicios, solo agua y luz para las pocas casas del asentamiento. Aunque obviamente, todo el mundo piensa en sus playas, que son espectaculares, La Graciosa también es un lugar de tranquilidad, para disfrutar tranquilamente, sin reloj, sin horarios y con el móvil en modo avión, sólo activo para captar increíbles instantáneas del entorno. ¿Quieres saber más? Pues acompáñanos a través de nuestro post.

La Graciosa

Visita de La Graciosa por libre

La historia de esta pequeña isla está íntimamente relacionada con la vecina Lanzarote. De hecho, ha sido utilizada como refugio del ganado cuando en Lanzarote había carencia de pastos así como para otros fines ligados a la agricultura. Pero su historia va mucho más lejos en el tiempo. Los fenicios ya pasaron por allí para recolectar un liquen autóctono que les servía para producir el tinte púrpura, muy apreciado y considerado todo un lujo de su época. Por otro lado, también los piratas de siglos posteriores utilizaron la isla como escondite para zafarse de las autoridades tras sus fechorías.

En cuanto a la economía de la isla, la industria del salazón del pescado fue muy importante hasta mediados del siglo XIX, fecha en la que se cerró la única fábrica que existía allí. Actualmente el turismo constituya su principal fuente de ingresos.

Y tras esta pequeña introducción para situarnos, seguramente lo primero que te estarás planteando es cómo llegar hasta la isla. Obviamente también fue lo que nosotros hicimos, así que vamos a contarte nuestra experiencia y las mejores opciones que encontramos para ello, para, posteriormente, ir desgranado todo lo que ver y hacer allí.

La Graciosa

Cómo llegar

Desde Lanzarote puedes llegar a La Graciosa desde el puerto de Orzola, un pueblo pesquero al norte de la isla. Desde allí salen los ferris que te llevan hasta La Caleta del Sebo. Tarda unos 30 minutos y tienen bastante frecuencia, sobre todo en temporada alta, desde las 8:30 hasta las 20:00 horas (en invierno hasta las 19:00 horas)

Nosotros sacamos los boletos desde Civitatis, ya que siempre utilizamos esta plataforma en la planificación de nuestros viajes y nos da mucha confianza. El precio es el mismo que si lo compras en taquilla pero te aseguras tu pasaje al 100% al comprarlo antes de salir de viaje. Además, si vas en coche de alquiler, no te preocupes que hay zonas de aparcamiento gratuito. Te indicarán los propios trabajadores de la operadora marítima cuando accedas al puerto.

La Graciosa

| Caleta del Sebo

El desembarco se hace en el puerto de la Caleta del Sebo, quien te recibirá con sus cristalinas y turquesas aguas. Un lujo para los sentidos. Una vez estés en tierra firme, verás varios locales dedicados al alquiler de bicicletas, alguna tienda de souvenirs y restaurantes. Existe la opción de alquilar los servicios de coches 4×4 que se ofrecen para llevar a los visitantes a descubrir los encantos de la isla.

La Graciosa

Y es que, como imaginarás, las únicas opciones que existen para conocer La Graciosa son caminar o alquilar los servicios del 4×4 o una bicicleta, por lo que se hace fundamental elegir bien qué hacer una ve se llega. Nosotros decidimos disfrutar de su tranquilidad, así que nos fuimos caminando hacia una zona que nos recomendó nuestro guía de senderismo el día anterior cuando hicimos la ruta por el parque natural de los volcanes: pusimos rumbo hacia el Barranco de los Conejos a unos 3 km del pueblo.

Pero antes de escribir sobre sus playas, queremos hacer un recorrido por este pueblo así como sus rincones visitables, en concreto, la iglesia de Nuestra Señora del Carmen así como el Museo Chinijo, el museo más pequeño del mundo en su género.

1 | Iglesia de la Graciosa

Dedicada a la Patrona de los pescadores fue construida en 1945 en una sola nave. Nos llamó la atención que los elementos arquitectónicos del templo tienen estilo marinero. De hecho su retablo principal es un barco, en el altar hay un ancla que lo sostiene o el púlpito tiene forma de timón. Es una iglesia pequeñita, muy bonita y original. Cuando la visitamos, la puerta estaba cerrada para evitar que entrasen las aves en su interior así que no olvides cerrar nuevamente cuando termines tu visita.

La Graciosa

2 | Museo Chinijo

En tan solo 70 metros cuadrados podrás aprender muchas cosas sobre el archipiélago Chinijo, su entorno, plantas así como los cetáceos que habitan sus aguas; sus productos típicos (el aloe, la sal..). Es una manera estupenda de conocer la historia de este lugar incluyendo la forma de vida de sus habitantes. Cuenta con una pequeña tienda donde venden productos típicos, incluido el típico sombrero graciosero.

La entrada es gratuita tanto de la Iglesia como del museo.

Museo Chinijo

| Playas de la Graciosa

La Graciosa fue reconocida como Reserva Marina del Archipiélago Chinijo así como Zona de especial protección para aves por la UE debido a su alto valor biológico. Y sus playas, son puro reflejo de ello. De aguas cristalinas, limpísimas, con un ecosistema sano que funciona como motor de la isla.

Antes de nada, indicarte que las mejores playas para el baño están al Sur. Las zonas norte y nordeste de la isla están expuestas a peligrosas corrientes marinas así como a los fuertes vientos alisios por lo que no son muy recomendables para disfrutar de un día de playa. Eso si, son perfectas para hacer muchas fotos o el avistamiento de aves así como del silencio de su entorno. Estas son playa Lambra, arco de los Caletones, playa de las Conchas (justo en frente de la Isla de la Montaña Clara)

Playa de Caleta del Sebo

Si volvemos al sur, las playas mas típicas son la playa del Salado a unos 500 metros caminando desde el pueblo; playa francesa o playa de La Cocina al resguardo de la montaña Amarilla, que se encuentran a unos 2,5 km y 4 km respectivamente.

Como te indicamos más arriba, nosotros decidimos descubrir el Barranco de los Conejos. Para llegar, hay que caminar unos 30 – 40 minutos al norte desde Caleta del Sebo por un camino de tierra siguiendo la costa. Se encuentra antes de llegar a Pedro Barba. A través del sendero podrás ir observando Lanzarote, así como distintas calas rocosas de La Graciosa: Cala de Arriba, Cala del Aguardiente o Caleta de los Ladrillos. Un paseo precioso para desconectar del mundo.

Barranco de los Conejos

Eso si, en verano es muy recomendable hacer cualquiera de esos recorridos a pie bien temprano para evitar el calor, ya que no hay sombras donde guarecerse. Y por supuesto es imprescindible proveerse de agua fresca, protector solar y gorra antes de salir. No obstante, elijas las que elijas, ya te decimos que vas a disfrutar al máximo.

Hasta aquí nuestra experiencia en La Graciosa, una isla inolvidable, donde nos encantará volver algún día para disfrutar de sus intensos colores, su silencio y su profundo olor a salitre, ese que te viene a la memoria acompañado con una sonrisa.

¿Y tú?¿Conoces La Graciosa? ¿Qué fue lo que más te gustó de la visita? Cuéntanos tu experiencia.

¡Esperamos tus comentarios!

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